ENTREVISTA CON EL HISTORIADOR ENRIQUE ROS

por **El Compañero** Vie Dic 12, 2008 8:38 am

Espero ls resulte interesante, sobre todo para los que han leido los trabajos historicos del Dr. Enrique Ros. En esta entrevista Ros habla de eventos significativos de la historia republicana y tambien del clandestinaje anti comunista en los primeros años de la revolucion de Castro.

Saludos cordiales,

Entrevista al Dr. Enrique Ros
Por Emilio Ichikawa

Enrique Ros nació en Cienfuegos. Casado con la Sra. Amanda Adato, tiene dos hijos: Henry e Ileana. Ha dedicado gran parte de su vida a la investigación de la Historia de Cuba, logrando publicar una decena de títulos. Los temas principales de su trabajo han sido la Revolución de 1933, la lucha clandestina, Girón, la guerra de El Escambray y la vida de Ernesto Guevara. Es también un conocedor profundo de la historia reciente del exilio cubano, tema al que ha dedicado su último libro.
1-EMILIO ICHIKAWA: Uno de sus temas de trabajo, de los primeros, fue la llamada “revolución del 33”. Entre muchos estudiosos y moralistas cubanos de hoy hay una suerte de aversión a la tradición revolucionaria. No a esta o aquella revolución, sino al mismo “método”, que más o menos se entiende como manera violenta de tomar el poder. ¿Cómo valora esta situación?

Dr. ENRIQUE ROS: Debemos distinguir entre el uso de la violencia para tomar el poder contra un régimen democrático y la utilización de ese “método” para enfrentar a una dictadura totalitaria que no permite la más mínima manifestación de una oposición democrática.

Yo condeno el primero pero comprendo a los que, frente a la total intolerancia de los que ostentan el poder, toman el camino de la resistencia armada que no debe confundirse con el terrorismo. El terrorismo, indiscriminado o no, es condenable pero no lo es la lucha armada frente a esos regímenes totalitarios.

2-EI: Otro objeto de su interés es el llamado “clandestinaje”. En el mismo sentido de lo anterior, ¿no cree Ud. que la lucha “conspirativa”, justificada por situaciones concretas, crea hábitos de encubrimiento que son un obstáculo para una posterior vida en democracia?

Dr.ER: No creo que la lucha conspirativa en la que se basa el clandestinaje crea hábitos de encubrimiento. Conocí a gran número de dirigentes y activistas del movimiento clandestino en Cuba que hoy toman parte del proceso democrático en este país.

3-EI: Como historiador quería preguntarle acerca del uso de fuentes. Sé que pasa mucho tiempo en archivos y bibliotecas, ¿qué busca preferentemente: libros, tesis, cartas, prensa…? Es decir, ¿nos cuenta algo de su técnica?

Dr.ER: Como historiador yo utilizo distintas fuentes: libros, documentos, periódicos, entrevistas, pero en distinto orden de acuerdo con el tema que cubro en el libro que estoy escribiendo. Por ejemplo:

En el libro “Girón: La Verdadera Historia” utilicé tres fuentes distintas:

-Entrevista a miembros de los movimientos clandestinos, algunos de los alzados en El Escambray, otros que estuvieron en los grupos de infiltración y en la Brigada 2506.

-Documentos y testimonios de funcionarios de la Administración del Presidente Kennedy, informes desclasificados de la CIA, documentos de dirigentes exiliados, reportajes de la prensa cubana de la isla;

-Libros publicados por participantes en aquel proceso y por otros autores y

-Artículos de autores que caen en la clasificación anterior.

En otros he utilizado un método similar, pero en “Castro y las Guerrillas en Latinoamérica” la principal fuente utilizada fue la de gran número de libros de autores de los distintos países o de autores de otra nacionalidad pero especializados en esas naciones. Mientras que en “La UMAP: El Gulag Castrista” la fuente primaria fue la entrevista a cerca de un centenar de “confinados”, el eufemismo utilizado por el régimen para no llamarlos “presos”. También utilicé libros y artículos.

En otras palabras, el tema de cada libro me obliga a variar la prominencia de las fuentes. Pero todas son utilizadas.

4-EI: Respecto a las entrevistas realizadas a protagonistas de la última etapa de la historia cubana. En Miami se está percibiendo que, preocupados por la posteridad, algunas personas no solo son “subjetivas” en su recuerdo, sino que lo están manipulando explícitamente. Como historiador, ¿cómo logra deslindar entre lo creíble y lo menos creíble en un relato oral? ¿Alguna experiencia al respecto?

Dr. ER: En las muy numerosas entrevistas que he realizado –todas ellas grabadas- estoy siempre conciente de la “subjetividad” con la que habla el entrevistado. En todas ellas, sin excepción, entrevisto a las personas mencionadas por éste y a otras personas que participaron en el hecho relatado. Si Ud. lee, por ejemplo, mis dos más recientes obras sobre la vida política de Miami en los últimos 50 años podrá apreciar que en los principales hechos narrados aparecen las opiniones –a veces antagónicas- de los que en ellos participaron. ¿Alguna experiencia? Vea en el Primer Tomo las versiones de Maurice Ferré y Manolo Reboso sobre sus aspiraciones alcaldicias; la designación de Armando Lacasa a la Comisión de Miami.

5-EI: Volviendo a los temas; UD ha sido un investigador minucioso de “los sucesos” del Escambray, Girón y la Crisis de los Misiles. Respecto al primer evento, es decir, “El Escambray”, ¿lo valora como “guerra civil” o tiene otro calificativo reservado?

Dr. ER: Para mi El Escambray fue el primer movimiento armado frente al régimen de Castro, organizado por hombres que habían participado en el proceso de la lucha contra el gobierno de Batista. Fue un movimiento de rebeldía ante el rumbo que tomaba la revolución por la que ellos habían peleado. No la considero una “guerra civil”.

6-EI: Recientemente ha publicado el segundo tomo de su libro “La fuerza política del exilio cubano (II)”. Ya que existe el hecho de que Ud. mismo es un exiliado cubano, ¿cómo equilibra el partidismo biográfico y el oficio de historiador?

Dr.ER: Yo soy muy cuidadoso en la investigación de los hechos tanto en los primeros libros ("Girón, La Crisis de los Cohetes", "Cubanos Peleando en Distintos Frentes") como en los más recientes. Observe que, por ejemplo, en “La Revolución de 1933” utilizo como fuentes a Lionel Soto, Raúl Roa, Hortensia Pichardo, Ladislao González Carvajal, Pablo de la Torriente Brau, Newton Briones, como a Ricardo Adam Silva, Justo Carrillo, Jorge Mañach, Chibás, Márquez Sterling y una veintena más con posiciones antagónicas.

Igual equidistancia he tratado de mantener en estos dos recientes libros.

7-EI: Una última pregunta. Recientemente se ha visto cierto celo por fijar los límites gremiales, la gente trata de sentenciar quien es y quien no es historiador, académico, periodista, etc. ¿Qué piensa del asunto? ¿Se siente UD parte de ese linaje que podemos llamar “historiadores cubanos”?

Dr. ER: He observado el interés de algunos en lo que UD. bien califica de “límites gremiales”. Quién es periodista, quién no; quién es intelectual, quién no; quién académico, quién no. Quién es historiador, quién no.

Yo no me incluyo en ninguna de esas categorías, ni excluyo a otros. Soy sólo un hombre a quien le gusta la historia y sobre ella escribo. El calificativo lo pone quien lea.