HURACANES AGRAVAN ESCACEZ EN CUBA
Página 1 de 1.
HURACANES AGRAVAN ESCACEZ EN CUBA
Huracanes agravan la escasez en Cuba
The Miami Herald
LA HABANA
Una mujer evacua sus pertenencias en Florida, Camaguey hoy, 8 de noviembre de 2008, antes de la llegada del Huracán Paloma, que alcanzó este sábado la categoría cuatro e en la escala Zaffir Simpson y calificado de "extremadamente peligroso". La llegada del "Paloma" a la mayor isla de las Antillas se produce apenas diez semanas después de que otros dos huracanes arrasaran Cuba, causando siete muerte y pérdidas valoradas en 8.600 millones de dólares (6.760 millones de euros). EFE/Rolando Pujol
Una mujer evacua sus pertenencias en Florida, Camaguey hoy, 8 de noviembre de 2008, antes de la llegada del Huracán Paloma, que alcanzó este sábado la categoría cuatro e en la escala Zaffir Simpson y calificado de "extremadamente peligroso". La llegada del "Paloma" a la mayor isla de las Antillas se produce apenas diez semanas después de que otros dos huracanes arrasaran Cuba, causando siete muerte y pérdidas valoradas en 8.600 millones de dólares (6.760 millones de euros). EFE/Rolando Pujol
Incluso antes de que el huracán Paloma azotara la costa sudeste de la isla con vientos de más de 140 millas por hora, muchos cubanos bromeaban diciendo que ya conocían la secuencia de los ciclones que azotaron la isla en los tres últimos meses: primero llegó Gustavo, después Ike y ahora No hay.
No hay plátanos.
No hay piñas.
No hay materiales de construcción para los que tratan de reparar sus viviendas.
¿Qué quedó entonces?
"Todavía nos queda el sentido del humor'', afirmó Carlos Humberto, un hombre canoso de unos 60 años que alquila habitaciones a los turistas.
Pese al buen humor, los cubanos siguen luchando tras la devastación que han dejado tres huracanes en tres meses, con un saldo de $10,000 millones en daños.
Esto se añadió a lo que ya era una crisis de vivienda: más de 500,000 viviendas fueron destruidas en la isla desde agosto. Miles de familias pasan las noches en los pasillos y aulas de escuelas en las provincias más afectadas, como Camagüey y Holguín.
La televisión informa desde la Universidad de Camagüey que unas 1,000 personas siguen refugiadas en el centro docente después del paso devastador de Paloma por el pueblo costero de Santa Cruz del Sur.
"Reconstruiremos, pero, como es lógico, no lo haremos tan cerca del mar'', dijo Raúl Castro a los afligidos vecinos durante una visita reciente a la universidad. "¿Qué sentido tiene reconstruir junto al mar si vamos a tener que volver a construir cuando pase el próximo ciclón?"
Sin embargo, las promesas de reconstrucción son imposibles de cumplir debido a la escasez de madera y planchas de metal para los techos. Hay tanta demanda de materiales de construcción que las autoridades han pedido a la población que denuncie el acaparamiento, declararon varios vecinos a The Miami Herald.
"Es una buena medida'', dijo María Luz, que gana un dinero extra haciéndole trenzas a los turistas en La Habana Vieja. "Nos protege de la gente que quiere comprar todo lo que puede para revenderlo más caro''.
Después que los huracanes Gustavo y Ike azotaron el país en agosto, el gobierno despachó camiones cargados de plátanos a las zonas afectadas. Entonces comenzaron las bromas de que estarían comiendo plátanos varias semanas.
En momentos que casi una tercera parte de los sembrados están arrasados, no hay plátanos en ningún lugar. A los turistas que ordenan platos confeccionados con plátanos se les pide que escojan otros platos del menú.
"Podemos conseguir malanga, pero los plátanos se han puesto difíciles'', dijo Duniel, de 23 años, que se dedica a pasear turistas en un bicitaxi. "Si uno consigue alguno ya están negros, demasiado maduros''.
También escasean algunas variedades de frutas, sobre todo piña. Los ciclones destrozaron muchos de los campos donde se cultivan. Carlos Humberto, el hombre que alquila habitaciones a los turistas, acostumbraba a ofrecer a sus huéspedes una ensalada de frutas en el desayuno, pero ahora se disculpa porque sólo puede servir unas pocas tajadas de piña.
"Para conseguir las piñas debo recorrer en bicicleta varios mercados'', dijo.
Aunque Estados Unidos ofreció a Cuba asistencia por valor de $6 millones en siete ocasiones después del paso de los ciclones, el gobierno rechazó la ayuda alegando que lo que tenían que hacer era levantar el embargo económico.
En las calles de La Habana muchos todavía abrigan esperanzas de que se reciba la ayuda estadounidense, estimulados por las noticias del triunfo de Barack Obama en las elecciones presidenciales.
"Esperamos que cambie las relaciones con Cuba'', dijo Francisco Mora García, de 43 años, sentado en la escalinata del Capitolio, en malas condiciones y lleno de moho. "¿Acaso los americanos no dicen que es hombre que quiere cambios? Esperamos que así sea''.
Mora García, quien dijo que había salido de la isla durante el éxodo del Mariel y vivió en California antes que lo deportaran hace seis años debido a una infracción que calificó de poca importancia, también espera que haya cambios en las calles de La Habana.
Pedía monedas, champú, jabón o cualquier otra cosa que los turistas estuvieran dispuestos a darle.
"La vida aquí es muy dura y nada mejora'', afirmó.
The Miami Herald
LA HABANA
Una mujer evacua sus pertenencias en Florida, Camaguey hoy, 8 de noviembre de 2008, antes de la llegada del Huracán Paloma, que alcanzó este sábado la categoría cuatro e en la escala Zaffir Simpson y calificado de "extremadamente peligroso". La llegada del "Paloma" a la mayor isla de las Antillas se produce apenas diez semanas después de que otros dos huracanes arrasaran Cuba, causando siete muerte y pérdidas valoradas en 8.600 millones de dólares (6.760 millones de euros). EFE/Rolando Pujol
Una mujer evacua sus pertenencias en Florida, Camaguey hoy, 8 de noviembre de 2008, antes de la llegada del Huracán Paloma, que alcanzó este sábado la categoría cuatro e en la escala Zaffir Simpson y calificado de "extremadamente peligroso". La llegada del "Paloma" a la mayor isla de las Antillas se produce apenas diez semanas después de que otros dos huracanes arrasaran Cuba, causando siete muerte y pérdidas valoradas en 8.600 millones de dólares (6.760 millones de euros). EFE/Rolando Pujol
Incluso antes de que el huracán Paloma azotara la costa sudeste de la isla con vientos de más de 140 millas por hora, muchos cubanos bromeaban diciendo que ya conocían la secuencia de los ciclones que azotaron la isla en los tres últimos meses: primero llegó Gustavo, después Ike y ahora No hay.
No hay plátanos.
No hay piñas.
No hay materiales de construcción para los que tratan de reparar sus viviendas.
¿Qué quedó entonces?
"Todavía nos queda el sentido del humor'', afirmó Carlos Humberto, un hombre canoso de unos 60 años que alquila habitaciones a los turistas.
Pese al buen humor, los cubanos siguen luchando tras la devastación que han dejado tres huracanes en tres meses, con un saldo de $10,000 millones en daños.
Esto se añadió a lo que ya era una crisis de vivienda: más de 500,000 viviendas fueron destruidas en la isla desde agosto. Miles de familias pasan las noches en los pasillos y aulas de escuelas en las provincias más afectadas, como Camagüey y Holguín.
La televisión informa desde la Universidad de Camagüey que unas 1,000 personas siguen refugiadas en el centro docente después del paso devastador de Paloma por el pueblo costero de Santa Cruz del Sur.
"Reconstruiremos, pero, como es lógico, no lo haremos tan cerca del mar'', dijo Raúl Castro a los afligidos vecinos durante una visita reciente a la universidad. "¿Qué sentido tiene reconstruir junto al mar si vamos a tener que volver a construir cuando pase el próximo ciclón?"
Sin embargo, las promesas de reconstrucción son imposibles de cumplir debido a la escasez de madera y planchas de metal para los techos. Hay tanta demanda de materiales de construcción que las autoridades han pedido a la población que denuncie el acaparamiento, declararon varios vecinos a The Miami Herald.
"Es una buena medida'', dijo María Luz, que gana un dinero extra haciéndole trenzas a los turistas en La Habana Vieja. "Nos protege de la gente que quiere comprar todo lo que puede para revenderlo más caro''.
Después que los huracanes Gustavo y Ike azotaron el país en agosto, el gobierno despachó camiones cargados de plátanos a las zonas afectadas. Entonces comenzaron las bromas de que estarían comiendo plátanos varias semanas.
En momentos que casi una tercera parte de los sembrados están arrasados, no hay plátanos en ningún lugar. A los turistas que ordenan platos confeccionados con plátanos se les pide que escojan otros platos del menú.
"Podemos conseguir malanga, pero los plátanos se han puesto difíciles'', dijo Duniel, de 23 años, que se dedica a pasear turistas en un bicitaxi. "Si uno consigue alguno ya están negros, demasiado maduros''.
También escasean algunas variedades de frutas, sobre todo piña. Los ciclones destrozaron muchos de los campos donde se cultivan. Carlos Humberto, el hombre que alquila habitaciones a los turistas, acostumbraba a ofrecer a sus huéspedes una ensalada de frutas en el desayuno, pero ahora se disculpa porque sólo puede servir unas pocas tajadas de piña.
"Para conseguir las piñas debo recorrer en bicicleta varios mercados'', dijo.
Aunque Estados Unidos ofreció a Cuba asistencia por valor de $6 millones en siete ocasiones después del paso de los ciclones, el gobierno rechazó la ayuda alegando que lo que tenían que hacer era levantar el embargo económico.
En las calles de La Habana muchos todavía abrigan esperanzas de que se reciba la ayuda estadounidense, estimulados por las noticias del triunfo de Barack Obama en las elecciones presidenciales.
"Esperamos que cambie las relaciones con Cuba'', dijo Francisco Mora García, de 43 años, sentado en la escalinata del Capitolio, en malas condiciones y lleno de moho. "¿Acaso los americanos no dicen que es hombre que quiere cambios? Esperamos que así sea''.
Mora García, quien dijo que había salido de la isla durante el éxodo del Mariel y vivió en California antes que lo deportaran hace seis años debido a una infracción que calificó de poca importancia, también espera que haya cambios en las calles de La Habana.
Pedía monedas, champú, jabón o cualquier otra cosa que los turistas estuvieran dispuestos a darle.
"La vida aquí es muy dura y nada mejora'', afirmó.
El Compañero- Admin/Fundador de Cuba Debate
-
Cantidad de envíos : 7156
Localización : Donde mora la libertad, allí está mi patria
Empleo /Ocio : Debatir/Intercambiar ideas sobre temas cubanos e internacionales
Humor : Cubano
Efectividad de Comentarios y Análisis : 85
Puntos : 57662
Fecha de inscripción : 17/06/2008
Temas similares
» HURACAN IKE
» FILMS Y DOCUMENTALES CUBANOS
» La represion policial en Cuba tras los huracanes, "Aguzate"...el video
» CICLONES Y HURACANES
» FILMS Y DOCUMENTALES CUBANOS
» La represion policial en Cuba tras los huracanes, "Aguzate"...el video
» CICLONES Y HURACANES
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.