Debemos exhumar el decoro.

por Patrio Miér Dic 03, 2008 6:24 am

Otro fin de año sin mi tierra. Otro diciembre estrangulado por un enero sin esperanzas de libertad, otro año contemplando la desidia de tanto y tanto compatriota que espera un cambio condicionado por otros, sin saber que su esfuerzo, por pequeño que sea es necesario. Muchos se han rendido, se conforman con contemplar las fotos de familia y la pequeña bandera sobre la chimenea, quizás hasta gritan ¡Cuba! alguna que otra madrugada de desaliento, pero honestamente se han rendido, están desfallecidos.
Otros buscan con afán escuchar por bocas de otros lo que ellos piensan y que aun, a miles de millas de la tiranía son renuentes a gritar, por temor a represalias, por los miedos de siempre, por temor a perder lo que deben perder otros, en vez de ellos. Algunos callan por viajar a la patria, porque son tan mezquinos y ruines, que se contentan con contemplar una tierra esclava. Pero hay algunos, quizás los menos, que se alzan como soles frente a la tiranía y sus tentáculos por todo el mundo porque prefieren vivir con decoro y esos pueden llamarse con todo el respeto como cubanos. Sobre las acciones, las palabras y el pensamiento de estos hombres recae el peso del futuro de Cuba y tengo confianza en ellos. Desde las arenas de Playa Girón a hoy, los cubanos comenzaron a irse pero en silencio, cabizbajos, atemorizados, plegados a leyes que aun en el exterior les mantienen condicionados a leves tirones de un grillete al tobillo. En las arenas de Playa Girón quedó oculto para siempre entre los mangles y cubierto de sangre joven, el honor.
El honor se convirtió en moneda de cambio en los consulados de la dictadura diseminados por el mundo. Se viaja a Cuba, se puede visitar a los familiares, se puede caminar por el pueblo natal pero a cambio de honor. Sí, porque cada vez que un cubano exiliado atraviesa las aduanas de la Cuba castrista lo hace a cambio de principios, vende lo más poderoso que tiene un hombre a cambio de migajas vendidas a precio de oro, porque el decoro, la dignidad y la moral de un ser humano, no pueden entregarse ni aun al precio del beso materno. He sido un defensor a ultranza de retirar leyes que bloqueen las posibilidades de los débiles o los que deseen vender su decoro a la tiranía, por la sencilla razón de que el ser un hombre de honor debe ser una elección libre y personal, pero tampoco comulgo con aquellos que aun se resisten a retirar de una vez el grillete de esclavos esculpido por sus propios sentimientos.
Se puede ver a estos seres cabizbajos, con miradas suplicantes y sonrisas fáciles en las colas de los consulados cubanos. Ahí se palpa aun el temor, el miedo, la prostitución de los principios primarios del hombre y escasea la mirada firme, el andar erguido y la voz del hombre verdaderamente libre. Pero aun el decoro camina entre nosotros y es mi esperanza, porque para aquellos que se escudan en las leyes de sus países de acogida para justificar su inacción debo recordar que ningún derecho se ha ganado desde una cómoda poltrona, ganar la libertad implica riesgos, implica cárcel, implica hasta la muerte si es preciso y es hora de que comenzemos a pagar ese precio si es necesario.
Los que esperan que un presidente norteamericano les regale la libertad de su tierra, por favor, miren hacia atrás y prosigan disfrutando de su autoengaño. La libertad de Cuba sólo vendrá por manos de cubanos y es hora de comprenderlo y asimilarlo como una realidad total. Hago un formal llamado a todos los cubanos del exilio a desprenderse de todo compromiso con las viejas organizaciones y a agruparse en un único movimiento, es la hora de crear un gobierno de la República de Cuba en armas, sin tener en cuenta a ningún representante del gobierno tiránico de Cuba. Es hora de hacernos respetar y nuclearnos alrededor de una organización que implique para militar en ella una sola condición, estar dispuesto a todo por la libertad de Cuba.
Los hay que vean una locura el solo hecho de pensar que la tiranía castrista pueda ser derrotada, más locura y falsa ensoñación es pensar que defensores de la tiranía castrista se expresen abiertamente contra ella y el exilio lo ha creído más de una vez y me remito a los casos de Orisha y Paulo FG, que no sólo han sido recibidos por un exilio plagado de dolores y ausencias, sino que han dado conciertos en la capital de la rebeldía del exilio. Es hora de que el exilio le plante cara con firmeza a la tiranía, es hora de que los castristas sientan miedo a la viril respuesta de nuestros hombres dignos y es hora, de bloquear si es necesario a todos aquellos que han hecho de nuestras tristezas una industria. ¿Cómo es posible que los servidores del tirano pululen hoy por las televisiones miamenses convirtiendo en espectáculo nuestro holocausto y apenas dediquen tiempo a nuestros hermanos presos en la isla?. Ganar dinero con nuestra causa debe implicar para los mercaderes al menos el compromiso de promover la causa de nuestros presos y hacer campaña por la libertad de los mismos. Es la hora de sentar pauta y caminar en pos de la libertad para que no haya más diciembres cargados de ausencias y lejanías.
Es la hora de que el decoro se levante de una vez de entre los manglares y comienze a verse en la frente de los cubanos.
R. Muñoz