"...Pónme la mano aquí, Macorina..."

El 2 de marzo de 2009, corretea sin dirección establecida por las circunvoluciones de los expertos "cubanólogos". Sí, porque desde hace unos años en algunas publicaciones puedo apreciar una tendencia a la atribución de lo que parece ser una nueva titulación: "Experto cubanólogo". A decir verdad, los más expertos en el problema cubano, son los propios cubanos y si este aun sufre bajo la bota castrista, más experto aún. Pero respetando el nuevo título de aquellos que se olvidaron del sabor de la raspadura y la croqueta al plato, para endilgarse tras un cómodo escritorio la atribución de analistas en "cubanología", justo es reconocer que la referida fecha ofrece más que motivos para interesantes debates.
La purga de los talibanes, que puede llevar como título la inoperante defensa siciliana del nuevo monarca de Cuba pone de manifiesto en primer lugar, la caída en coma irreversible de Fidel Castro por no aventurarnos en señalar el cese definitivo de sus funciones vitales y por otro lado, la desición total y absoluta de la dinastía Castro de perseverar en el poder, al precio que sea necesario. En un movimiento jamás visto de los trebejos, es la primera vez en la historia de juego ciencia de la política, que tras el jaque mate del rey la reina despliega a sus torres y alfiles para continuar la partida a despecho de las reglas más elementales. Nuestro admirado y entrañable representante en el exilio, Carlos Alberto Montaner, ha visto caer como la manzana de Newton toda la teoría de la posibilidad de una transición a la española en Cuba. Las razones de tal teoría gozan de un profundo sentido humanitario y basamentos históricos incuestionables pero tiene limitaciones evidentes, Cuba no es España y Franco era uno solo. El planteamiento de una transición democrática en la ínsula caribeña no es otra cosa al día de hoy como demuestran los hechos más recientes, la ratificación de que el respetable Carlos Alberto Montaner es un erudito incuestionable, pero en este caso con ciertas influencias shakesperianas pues la transición pasiva, es copia fiel cuatro siglos después de "A Midsummer Night's Dream".
Tal parece ser que los óvulos de Lina Ruz, fecundados en el tristemente célebre Birán y sus alrededores (me extiendo al extrarradio del poblado por las diferencias fenotípicas que han sido comidilla en más de una ocasión), poseen una tendencia obsesiva a aferrarse a la silla de Bartolo, término con el que se designaba por los años veinte del siglo pasado al sillón presidencial. Al cabo de diez lustros, el benjamín de la monarquía da un golpe de gracia que quizás sirva de inspiración al laureado amigo de la familia para su próxima novela, pues tras un período de promesas incumplidas y coqueteos a sotto voce con el eterno enemigo norteño, ejecuta políticamente a quienes durante los últimos años representaban el poder político y económico de su antecesor rodeándose de un círculo cada vez más estrecho de generales, sobre cuya fidelidad cuelga la terrible espada de Damócles del más criminal de los Castro. Mientras que el ex mandatario cubano Fidel Castro Ruz (EPND), en paz no descanse, disponía de una reconocida habilidad para tejer una telaraña cortesana y defenestrar a sus víctimas en las purgas secuenciales, su hermano menor es sencillamente explícito, "porque me da la gana" y basta, como aquellos primeros años de la revolución donde a despecho de las protestas internacionales por los fusilamientos masivos, alardeaba desafiante de que necesitaba más soga para las ejecuciones. Indudablemente los márgenes se estrechan y es hora del análisis más profundo por parte de quienes movidos por la mejor de las intenciones, consideraban la probabilidad de un cambio democrático en Cuba. No hay opción alguna, los que estimulados por los resortes de la democracia consideren la probabilidad de un cambio en Cuba y la apertura democrática, les espera el menor de los Castro en el palacio presidencial con una copa de Royal Salute, cantándoles a toda voz: "...Pónme la mano aquí, Macorina...".
La purga actual no es una más, es sencillamente una cirugía bien ejercida sobre los principales poderes del hermano mayor. La alegría por el cese de funciones de seres tan detestables e ineptos como Felipe Pérez Roque y Carlos Lage, noticia siempre bien recibida aunque sea por el sólo hecho de imaginarnos su calvario mental actual, no puede suprimir el detalle del primero en la lista de los sustituídos, José Luis Rodríguez, alias El Puma entre sus subordinados por compartir el nombre del famoso cantante latino de los ochenta. Debemos detenernos en que este individuo fungía entre otras cosas como el contable de la Cuenta 1, la reserva personal del Comandante en Jefe y que desde las oficinas de Contablidad y Finanzas gestionaba los movimientos internacionales de dichas operaciones. En conclusión, al enjaular al puma, Raul Castro tiene a su disposición la totalidad de los recursos financieros de la isla, un golpe magistral avalado por la reducción de ministerios y la unificación de estos bajo la tutela de generales de probada fidelidad.
Rául Castro ha mostrado con este paso sus veraderas intenciones y ha dejado claro a todos su propósito principal, continuar hasta su deceso al frente de Cuba. No hay esperanza alguna a la menor apertura por la sencilla razón que muchos se resisten a aceptar a pesar de bibliotecas repletas de historias de dictaduras, las tiranías no se pueden permitir el lujo de una apertura pues es la base de su propia aniquilación y los hermanos Castro lo han sabido siempre. No por gusto, la actual Constitución de la República de Cuba señala que el Partido Comunista es el único conductor del pueblo cubano hasta la próxima glaciación y eso en caso de que no haya supervivientes. Reclamar la existencia de pluripartidismo es por tanto anticonstitucional y de hecho jurídicamente punible. ¿Es posible algún cambio o reforma?, la respuesta es evidente.
Hay que incentivar la oposición, hay que presionar internacionalmente, hay que unir todas las voces que claman por el cese de la dictadura en Cuba porque los cubanos si quieren ser libres tendrán que tomar lo que les corresponde por derecho y que sólo les resta el camino de la desobediencia civil y la protesta de cualquier tipo. Lo demás es pura fantasía y sueños de noches de exilio lejano. No hay opción.

Patrio