El barranco, la sombra y yo.

Regresar a casa siempre es difícil, se finge. El regreso es un verdadero quehacer de Esquilo diciéndose uno mismo que se vuelve a lo inexistente porque la casa, la de siempre, está lejos, tan lejos que se puede ver cuando el viento mueve el follaje de los recuerdos. De nuevo recorro el barranco dejando la amante azul a mis espaldas con seis sargos en la canasta tejida por alguna anciana de Tunte, un pueblo perdido entre las nubes de Gran Canaria. Camino despacio dándole tiempo a mi sombra a que me alcance y poder contarle mis pensamientos de emigrante, a quien la dictadura de los Castro desde hace una docena de años intenta fusilarle los sueños. A veces hasta bromeo con mi sombra, porque las sombras de los cubanos son las únicas del mundo que tienen sentido del humor, son unas verdaderas sombras "jodedoras", menos las sombras de los pinareños que algunos afirman que caminan contrario y se alejan, quizás sean algo despistadas, con el mayor respeto para los nativos de la más occidental de las provincias cubanas.
A unos escasos cincuenta metros de la orilla entablo conversación con mi sombra. Le cuento que el día que tenga a mi hijo conmigo de seguro me acompañará a pescar y como seremos dos y dos sombras, quizás hasta traiga conmigo el tablero de dominó, pues con cuatro podemos hasta jugar unos partidos mientras esperamos la picada. La sombra prosigue impasible a mi lado pero ese silencio cómplice es una señal de aceptación. ¿Habrá alguna sombra de cubano que no le guste el dominó?. Quizás, pero la mía le encaja un "forro" al mismísimo Dios, de eso no tengo duda alguna, esta sombra es toda una zorra.
Siempre limpio los pescados en la orilla pero aun libre de ventrechas y escamas, el olor se extiende en varios metros a la redonda y un gato que merodea entre los arbustos se me acerca más de lo aconsejable mientras me tomo un descanso e inundo los alvéolos con el humo de un Kruger. Esta marca de cigarrillos negros que sustituyó a la inolvidable Popular tras el cruce del Atlántico, no escapa a la campaña internacional contra el tabaquismo y puedo leer por ambas caras de la cajetilla letreros intimidatorios como "Fumar mata", "Fumar puede producir cáncer" y el más terrible de todos, "Fumar puede producir impotencia". Este último es verdaderamente sádico y me gustaría al que diseña tales viñetas, pintarle en las botellas de vino que seguramente consume, algo delicado y sutil como "El alcohol te puede producir una cirrosis que no te salva ni el apóstol Santiago". A una, otra. Unas bocanadas y me doy cuenta que mi sombra está sentada a mi lado y fumando, cuando lo digo yo que está sombra es un camarada en toda regla.
Le cuento de las últimas maniobras norteamericanas con respecto a Cuba y la sombra se cae de la piedra en pleno acceso de risa. Tras casi medio minuto de carcajadas que me dejan estupefacto, comienza a hablar.
- Mira, Patrio. Los Estados Juntos y les llamo así porque es mi forma despectiva de llamarles, siempre o "Forever" como aquellas bicicletas chinas que pesaban cien gramos menos que un T-62, han hecho lo que les conviene, si no hay ganancias no intervienen y así serán siempre. El cubano dentro y fuera de Cuba que crea que los norteamericanos han jugado alguna vez contra los Castro, se han hartado de una mentira de cincuenta años. ¿O no?.
-¿Qué dices?
- Lo que oyes. Te pondré un ejemplo de que los Estados Juntos son copia fiel de la añeja Europa y siempre miran hacia el otro lado con respecto a Cuba a pesar de lo que digan los cubanoamericanos, detalle que no deja de ser una redundancia. Según el Fondo de Crisis Mundial de 1991 a 2001, EEUU, Gran Bretaña y Francia obtuvieron dividendos por la venta de armas a los países tercermundistas y regímenes tiránicos que superan con creces lo destinado a la ayuda a los países en desarrollo. Son de la misma camada, Patrio, no les importan los pueblos ni las tiranías, sólo intervienen si ganan algo o ¿te creíste también lo de las armas de destrucción masiva en Irak?
Miro con discrección hacia los lados, porque creo que mi sombra es de izquierda y me van a tildar de "rojillo".
- Mira, no me vengas con esos númeritos que muy bien te podías haber quedado en Cuba -afirmo con el ceño fruncido- y no me vengas con esa historia de la tolerancia y la democracia.
- Patrio, sabes bien que en Cuba hasta las sombras están flacas y todas se han ido con sus dueños, hay hasta sombras balseras pero la verdad hay que decirla. Yo, lo que es el vecino del Norte le tengo mi respeto. Mi abuela, la sombra de tu abuela Lola me decía de vez en cuando "...Sí EEUU se fija en tí, echa a correr y..., de prisa...".
Una sonora carcajada recorre el barranco y decido continuar camino. Pienso en lo que me ha dicho la sombra que sigue mis pasos e intenta conversar de nuevo.
- ¿Por qué no te callas?- le espeto con cierto aire monárquico.
- Patrio, "money is money". Da un vistazo al Africa, las guerras interétnicas, tribales o como quieras llamarles son fomentadas desde países democráticos. Mira a Ruanda, Darfur, Liberia, República del Congo y no hay para cuando acabar. Lo peor del continente negro es su riqueza, su oro, su petróleo, sus diamantes y para colmo tienen hasta el coltán.
- ¿Coltán?
-Lee, compatriota. De esa mezcla se extrae el tántalo que es vital para la fabricación de condensadores electrolíticos usados en telefonia móvil, ordenadores, pantallas de plasma y en varios tipos de tecnología de avanzada. El 80% de las reservas del mundo las tiene la república Popular del Congo y forma un triángulo en permanente conflicto con Uganda y Ruanda que ha costado media docena de millones de muertes. Y para que te sorprendas, ¿sabías que el 80% del uranio utilizado por EEUU en las bombas de Hiroshima y Nagazaki se extrajo del antiguo Congo Belga?. ¿Te digo el nombre de los mayores consumidores de coltán obtenido en su mayor parte del tráfico ilegal?
- Coño, tu no eres mi sombra. ¿No serás el espectro de...?
- Déjate de niñerías que me encanta el capitalismo, pero te abro los ojos para que no esperes nada del vecino de los ojos rubios, los dientes rubios, como Robert Redford. Si queremos ver a Cuba libre hay que pelear o no seremos libres jamás. Nos han jodido bastante, Patrio, ya peinamos canas.
- Vaya sombra que me ha tocado, cualquiera la tildaría de rojilla pero como no nos propongamos ser libres aun al precio de la sangre, no hay esperanza.
Distingo la que se hace pasar por mi casa en Gran Canaria y el sol se oculta tras unos nubarrones. La sombra desaparece como por encanto y quedo solo o casi solo porque el espectro de mi perra Lady, fallecida hace unos meses corretea entre los arbustos.
- ¡Que alivio!. Vaya con la sombra...

Patrio