¿Queda algún derechoso que tenga algo que decir? PorALEJANDRO BORENSZTEIN

Hasta hace un tiempo, las cosas estaban claras. De un lado la derecha y
del otro la izquierda. Con los años, la derecha agigantó su mala prensa
y hoy casi nadie asume esa pertenencia, aunque todavía tiene
muchísimos más socios de lo que se supone.

La izquierda no tuvo mucha mejor suerte. Una parte quedó sepultada entre
los escombros del muro de Berlín y otra, más light, cansada de que la
derecha los llame “zurditos” o “bolches”, pasaron a autodenominarse
“progres”.

Si a Ud. le simpatizan las dictaduras militares, la hegemonía política,
el capitalismo salvaje sin controles, le encantó Bush, y usa saco azul
con pantalón de franela gris y mocasines, Ud. inequívocamente es de
derecha.

Ni le cuento, si a todo eso le agregamos una prolija barba candado y una
fuerte sensación matinal de superioridad racial, en cuyo caso, le
recomiendo no ir de veraneo a Nüremberg.

En cambio, si Ud. prefiere la sana y democrática alternancia política,
el estado de derecho como firme regulador del capital, la esperanza de
Obama, se banca a regañadientes los cortes y piquetes (siempre y cuando
esos basuras no se los hagan a Ud.), y en los restaurantes elige platos
con coriandro o ciboulette y una ensaladita de verdes de la huerta a
la que, en lugar de vinagre le pone aceto y pronuncia acheto como si
viviera en Milán, entonces Ud. definitivamente es progre.
Bastante pelotudo, pero progre al fin.

En el caso de los varones de derecha, el combo puede completarse con una
dama tuneada con tetas radioactivas, un bife de chorizo en el labio
superior y una colita de cuadril en el labio inferior. Por su parte, en
el menú de los varones progres, suele venir como guarnición u na
directora de arte o, eventualmente, una heredera con honda preocupación
social o aspiraciones artísticas .

Es posible que haya algunos matices intermedios, pero esta fórmula de
detección ideológica es casi infalible. Pruebe y va a ver que no falla.

Sin embargo, en los últimos tiempos todo esto entró en crisis.

El Compañero De Narváez, un intelectual que irrumpió recientemente
ensombreciendo a Arturo Jauretche, Scalabrini Ortiz y hasta al mismísimo
Bambino Veira, declaró: “Macri es derechoso y se quiere colgar del
peronismo para llegar al poder” (mirá quien habla).

Si esto es así, quiere decir que sólo Macri ocupa la derecha, y De
Narváez ya estaría a salvo en territorio progresista . Y si consideramos
a De Narváez como progre, el resto del sistema solar también lo sería,
ya que cuesta imaginar que exista vida a la derecha del Compañero
Millonario.

Mucho más sorprendente aún, fue la declaración que horas antes hizo el
Compañero Solá: “El peronismo nunca fue de derecha”.

¡¡¿¿Que nunca fue QUÉ …???!!! La frase pasó desapercibida porque todos
estábamos concentrados en el debut de la selección. Con Messi y Tevez en
la cancha, ¿a quién corno podía importarle una definición ideológica
del Movimiento Nacional Justicialista? Eso puede esperar. De hecho, hace
más de 50 años que la estamos esperando. ¿Qué le hacen 90 minutitos
más? Si lo que dijo Felipe es correcto, debemos asumir que el gobierno
de Lastiri fue progresista, lo mismo que el de Isabelita y López Rega.

Seguramente la triple A fue una ONG tipo Greenpeace, que en lugar de
ballenas salvaba fascistas, Firmenich y otros jefes Montoneros nunca
vinieron desde la derecha nacionalista de los 60, y cuando el candidato
presidencial del PJ en el 83, Italo Luder, aceptó la autoamnistía de
los militares, fue un gesto de honda conciliación política. De la
década menemista, mejor ni hablemos. Un alarde de progresismo.
Ahora bien, si todo eso no fue de derecha, ¿dónde está la derecha? ¿O la
derecha, como Brigitte Bardot, ya no es lo que era? Vamos muchachos,
no jodamos: por el viaje a Bariloche, en 30 segundos, sin repetir y sin
soplar, momentos en que el peronismo no fue de derecha (no vale Perón y
Evita). Empezando … ya!!! Cámpora y la JP, Chacho y el grupo de los 8,
mmmm … Tiempo! Mejor, dejemos al peronismo tranquilo y asumamos que
Felipe está en lo correcto: fueron todos progresistas.

Por su parte Ricardo Alfonsín, cuya irrupción pareció hacer trastabillar
a todo el arco político opositor (como si no vinieran trastabillando
hace rato), explicó que él y la UCR representan al verdadero progresismo
. Puede ser. Habría que ver en qué placard del partido tienen pensado
esconder a De La Rúa, a los sushiboys, a Nosiglia, a Cobos y otros
talentosos progresistas. Ya veremos.

¿Y Lilita? ¿Hay alguna duda de su progresismo? Tal vez tenga que quemar
alguna foto en la que aparece con los muñecos de la Rural, pero en
general duerme en cama progre, tal vez a veces abrazadita a un osito de
peluche conservador.

Nos queda Pino. Un tipo indudablemente progresista, que lo seguirá
siendo hasta que alguien le pregunte seriamente su opinión sobre Chávez .
¿Se puede ser progre y apoyar a un tipo que lleva 11 años en el poder,
todavía le quedan 3 para completar este mandato y promete 10 más?
Total: 24 años en el poder. Le faltarían sólo 11 añitos para empatar a
Stroessner (otro inolvidable demócrata bananero).

Frente a este confuso panorama, por suerte está el kirchnerismo que
plantea las cosas bien claritas: los que los apoyan son progres y el
resto de la humanidad es facha.

Desde Pino a Eisenhower, desde Stolbizer hasta Amalia Granata.

No importa si Ud. apoya la estatización de Aerolíneas y de las AFJP o la
constitución de la nueva Corte Suprema. Basta osar decir que la Ley de
Medios fue hecha para patearle la cabeza a los multimedios opositores y
preparar el desembarco de los multimedios kirchneristas, para ser
ubicado en la misma platea que Bussi y Ric o (en realidad, en esa
platea, a Rico lo ubican ahora. Pero reconozcamos que hasta hace poco,
el Compañero Aldo estaba sentado en el palco VIP del kirchnerismo).

Así se juega este partido. Sin matices. A todo o nada. No alcanza con
estar de acuerdo con el matrimonio gay y la lucha por los derechos
humanos. Si fuiste a la inauguración del Teatro Colón, para el
kirchnerismo sos un facho asqueroso. Y la verdad es que yo fui al Colón.
Feliz y agradecido de haber sido invitado a uno de los acontecimientos
más importantes de la historia cultural de esta ciudad. No sólo fui el
día de la reapertura, sino que volví un par de semanas después para
emocionarme hasta las lágrimas con el cello de Yo Yo Ma. ¿Está mal? ¿Me
transforma eso en un derechoso? ¿Hubiera sido más progre quedarme en mi
casa viendo por televisión a los tipos que dicen que los barrabravas
de Hinchadas Unidas no tienen nada que ver con el gobierno y que el
pingüinito que le ponían a las banderas era solo un detalle decorativo?
También estuve en la fiesta del Bicentenario y me comí cuanta empanada y
pastelito de membrillo encontré a mi paso. ¿Garantiza eso mi condición
progresista? ¿Cuántos platos de locro debería haberme comido para
estar a la altura de Moyano, Ishii de José C. Paz, Othacehé de Merlo y
otros progres del kirchnerismo? Vamos muchachos. A ponerse las pilas
que, por lo visto , progre somos todos.

Me puedo equivocar, pero entiendo que progresismo significa avanzar
hacia una sociedad más justa, civilizada y moderna. Ser esclavos del
estado de derecho y de la ley, sin perpetuarse en el poder, sin
apropiarse de banderas que nos pertenecen a todos, y sin medios
justificados por los fines. Finalmente, un objetivo supremo: resolverle
el problema a los millones de argentinos que no tienen ni escuelas, ni
hospitales, ni trenes, ni dientes, ni nada.

Lo demás es pura verdurita. De la huerta. Para mí, sin acheto. Con oliva
y limón, por favor.
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Amigos Alejandro es el hijo de uno de los que fue el comico politico mas
grande que tuvo Argentina Tato Bores ,sus hijo era el libretista.
No hay nadie mejor que el para pintar la realidad argentina!!!