SOLDADOS RUSOS SE RETIRAN DE GEORGIA

Se retiran de Georgia destacamentos rusos
STEVE GUTTERMAN / AP
TIFLIS, Georgia

Cientos de soldados rusos levantaron campamento y se retiraron ayer de las posiciones que habían ocupado en el oeste de Georgia, y un funcionario georgiano dijo que Rusia cumplió un plazo para el retiro parcial un mes después de la guerra entre ambas repúblicas soviéticas.

Los soldados rusos y sus vehículos blindados se retiraron de seis puestos de control y bases temporales en el puerto de Poti sobre el Mar Negro y otras áreas cercanas, afirmó el titular del Consejo Nacional de Seguridad, Alexander Lomaia.

''Han cumplido el compromiso'' de retirarse del área para el 15 de septiembre según un acuerdo convenido por los líderes de la Unión Europea con Rusia la semana pasada, afirmó Lomaia. Pero destacó que Georgia --al igual que occidente-- demanda un retiro total a las posiciones previas al conflicto.

El vocero de la cancillería rusa Andrei Nesterenko confirmó el repliegue.

''En estos momentos tiene lugar el retiro de nuestras fuerzas de mantenimiento de la paz'', apuntó Nesterenko a la televisión.

Pero Lomaia dijo que todavía quedan 1,200 soldados rusos en 19 puestos de control y otras posiciones, doce en las afueras de Osetia del Sur y siete en las afueras de Abjazia. Rusia dijo que se retirará de ellos para el 11 de octubre siempre que se haya instalado un contingente de 200 observadores de la Unión Europea para el 1 de ese mes. Pero documentos de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa que vio la AP han planteado inte-

rrogantes sobre la verdadera disposición rusa a aceptar los monitores.

La presencia de soldados rusos en territorio georgiano no disputado, un mes después de la finalización de la lucha, ha indignado a la mayoría de los georgianos y se ha convertido en un irritante entre el Kremlin y occidente.

La campaña militar rusa en Georgia y su posterior reconocimiento de las regiones separatistas georgianas de Abjasia y Osetia del Sur como naciones independientes ha sumido sus relaciones con Estados Unidos y Europa en su peor crisis desde la Guerra Fría.