LA ACERA DEL LOUVRE

Es fascinante imaginar el tema de un debate intelectual entre los jovenes de entonces o poder tener record sonoro de las palabras de Marti cuando se reunia en estas tertulias y reuniones del Cafe del Louvre.

Saludos cordiales,

El Compa.

La Acera del Louvre
Fuente: Seccion Cultural de Trabajadores
JESÚS RISQUET BUENO


Cuenta la historia que los jóvenes de ideales independentistas convirtieron desde 1863 el café La Acera del Lovre en su lugar habitual de reunión, y con el tiempo fue haciéndose célebre por sus famosas tertulias patrióticas donde se daba rienda suelta a los ideales separatistas de aquella generación de cubanos.

La histórica Acera del Louvre, en nuestra ciudad, es un sitio ubicado en la calle Prado entre las calles Neptuno y San Rafael, en el llamado corazón de La Habana, justamente frente al Parque Central donde se yergue la estatua centenaria de nuestro Héroe Nacional José Martí.

Cuenta la historia que los jóvenes de ideales independentistas convirtieron desde 1863 el café La Acera del Lovre en su lugar habitual de reunión, y con el tiempo fue haciéndose célebre por sus famosas tertulias patrióticas donde se daba rienda suelta a los ideales separatistas de aquella generación de cubanos.

A ese grupo se les empezó a llamar los jóvenes de La Acera del Louvre. Estos protagonizaron incidentes con las autoridades españolas en varias ocasiones por sus abiertas posiciones en desacuerdo con la política colonial.

La presencia de José Martí Martí en los altos del café El Louvre, la estancia de Antonio Maceo en el Hotel Inglaterra y lo que bien pudiera ser denominado como “el último combate mambí”, entre otros hechos relevantes, sitúan a La Acera del Louvre como el más importante lugar histórico de La Habana de extramuros.

En la actualidad, como portal del centenario Hotel Inglaterra, el café se ha convertido en un apacible y concurrido sitio para aplacar el calor de las calles habaneras en cualquier época del año. Es lugar apropiado para charlar y contemplar el ir y venir de los transeúntes en esa animada zona de la ciudad.

Ahora se puede apreciar en sus mesas y aceras el arte de diversos pintores y artistas de la plástica cubanos. Podemos encontrar ante nosotros reproducciones, entre otras, de Portocarrero, de Amelia Peláez, de Zaida del Río, de Fabelo…

Allí, en esa misma acera, el Hotel Inglaterra realiza Peñas literarias, unas históricas, otras como presentaciones de nuevos libros haciendo gala de una vida cultural muy activa en esa relevante zona de la capital. También es espacio para escuchar en las tardes la más genuina música cubana interpretada por jóvenes músicos que cultivan lo mejor del son tradicional cubano.

Es este el lugar donde el capitán español don Nicolás Estévanez, al escuchar los disparos por el fusilamiento de los ocho inocentes estudiantes de medicina, el 27 de noviembre de 1871, rompió su espada, renunció a la carrera militar y dijo: “Antes que la patria están la humanidad y la justicia”. Ocho años más tarde, el 26 de abril de 1879, en los altos del café El Louvre, Martí pronunció su discurso “Honrar honra”, en ocasión de un homenaje al doctor Adolfo Márquez Sterling, organizado por el Partido Liberal.

Y fueron tan encendidas las palabras del apóstol que llegaron hasta el capitán general Ramón Blanco, quien al día siguiente fue a oírlo personalmente en el Liceo de Guanabacoa, donde Martí hablaría acerca del violinista Díaz Albertini.

Las palabras del Héroe Nacional Cubano impresionaron de tal manera al gobernante español, que este dijo: “Voy a pensar que Martí es un loco, pero un loco peligroso”.

La construcción del Café El Louvre, en la década del 60 del Siglo XIX, dio nombre a la acera, que a partir de ese momento se convirtió en lugar de estancia y conspiración de lo más selecto de la juventud criolla habanera.

Entre los llamados “Muchachos de la Acera” se encontraban el mayor general Ignacio Agramonte, héroe de la guerra del 68, y otros 40 que dieron sus vidas en la manigua redentora durante la guerra del 95, quedando demostrado así que fue y seguirá siendo fecunda La Acera del Louvre.