Las fotos que los Kirchner no quieren.-, de Sandra Micheli(documento)
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Las fotos que los Kirchner no quieren.-, de Sandra Micheli(documento)
Amigos este breve informe es para que vean la "lacra"que nos gobierna.
¿Defensor de los Derechos Humanos?
Según se sabe, Néstor Kirchner apoyó el golpe de estado de 1976 y hasta
el año 1983 fue abogado de una empresa prestamista usuraria (¿o uno de
los dueños?), ahí comenzó a hacer fortuna, adquirió sus primeras 21
propiedades con la aplicación de la repugnante 1050, es decir,
expoliación de viviendas a pobres endeudados que no podían cumplir con
sus obligaciones, con ellos no tuvo piedad, los echó a la calle y se
adueñó de sus viviendas. Eso es violar los Derechos Humanos.
¿Preso de la dictadura?
Reportaje realizado por Alfredo Leuco en Canal 26 el 26 de agosto de
1998
Alfredo Leuco - Quiero hacerle una pregunta, ¿En aquella época del 76 al
83 Ud. dónde estaba físicamente y qué postura tenía…?
Néstor Kirchner - Le cuento una historia, el primer preso en 1974 ya en
el gobierno de Isabel Perón cuando intervinieron la gobernación de Don
Jorge Cépernic. Mi historia parte de allí y es digno uno de decir dónde
estuvo porque algunos sienten vergüenza de su pasado y yo siento
orgullo, fui un militante activo de la Juventud Peronista, creía
firmemente que este país se podía cambiar y me gusta jugar siempre a
fondo, bueno… fui preso… en el 75 cuando se produce el golpe de
Capellini ya estábamos casados con Cristina, fuimos los dos presos, en
el 76 con el Golpe, nuevamente preso…
Véase el reportaje en:
https://www.youtube.com/watch?v=7sgF3FukIKQ
¿Cómo hizo?
La clave está en su asesoramiento legal a la financiera Finsud, lo cual
le permitía contar con información privilegiada sobre quiénes dejaban de
pagar sus cuotas.
Varias fuentes que frecuentaban a Kirchner por esos años, incluso una
que colaboró en su estudio, confirman el modus operandi empleado por el
abogado para adquirir la gran mayoría de esas propiedades a precios
ínfimos. Hablan de unas quince del total de 21, entre casas,
departamentos y lotes.
Cuando la financiera le avisaba a Kirchner que algún deudor había dejado
de pagar la cuota mensual del crédito que le habían otorgado, él se
reunía con el moroso en cuestión y le explicaba sus pocas opciones:
podía resignarse a que le remataran la propiedad y así perder casi todo
el valor del inmueble, o también podía venderla a un precio bastante
menor al que tenía en realidad.
El comprador era el propio Kirchner
De ese modo, el deudor en aprietos al menos se quedaba con algo de
dinero. Y el abogado sumaba metros y más metros cuadrados, eludía el
trámite del remate y luego renegociaba la deuda del inmueble con sus
patrones de Finsud. Era una práctica cuestionable, pero no penada por la
legislación provincial de ese entonces.
¿Qué hubiera sido de la actual fortuna de Kirchner sin el esquema
financiero implantado por Martínez de Hoz?
La Reina
En la división de tareas, Néstor se ocupaba de adquirir casas a precio
de remate y Cristina estaba concentrada en deudores de otros rubros.
Todas las tardes, casi sin falta, la joven abogada con aires de diva iba
al juzgado en lo Civil y Comercial Nº 1 de Río Gallegos, que abría a
partir de las 13 y estaba a cargo de Augusto Fernández Bibot.
Allí revisaba los expedientes de los morosos para ver cómo evolucionaban
los juicios ejecutivos que los Kirchner les habían iniciado en nombre
de sus clientes.
Cristina pasaba horas allí adentro y ya parecía parte del decorado.
Llegaba con una extensa lista de deudores -hasta 150 en las mejores
épocas- y abandonaba el juzgado al atardecer con los nombres de sus
próximas presas: en un buen día podían salir unas diez o quince órdenes
de embargo.
Con esa información de último momento, el cobrador Kirchner iba a
reclamar el bien embargado: una heladera, una bicicleta, a veces algún
auto. Lo acompañaba su chofer Rudy Ulloa Igor, hoy convertido en
millonario y jefe de Compromiso K.
Siempre salían airosos. Los vecinos de Río Gallegos ya los miraban con
cierto temor.
Allá por 1981, un vengador anónimo le arrojó una bomba molotov al
Estudio Kirchner. La bomba no produjo destrozos, pero puso en guardia a
los Kirchner. Les gustaba explicar que se había tratado de un atentado
político por razones insondables, pero la verdad era otra: el autor, un
militante en la izquierda del peronismo, estaba entre los perjudicados
por los juicios ejecutivos y los embargos de Néstor y Cristina.
Otra advertencia había ocurrido un año antes, en 1980, cuando los
Kirchner se toparon con un explosivo que por fortuna no llegó a
activarse en su estudio.
Además de comprar propiedades y perseguir a los deudores que creaba el
sistema financiero de Martínez de Hoz, el Estudio Kirchner protagonizó
un caso atípico. Defendió a un jefe de la Policía Federal en Río
Gallegos, de apellido Gómez Ruoco. Se lo acusaba de varias violaciones
de menores.
El que tomó el caso no fue Néstor, sino su socio Ortiz de Zárate. Y el
fiscal fue el joven Rafael Flores, el mismo que poco antes había
representado a la deudora que denunció a Kirchner por subversión
económica.
Pidió 20 años de prisión para el policía y le dieron 18, a pesar de la
curiosa defensa ejercida por el estudio del hoy Presidente, que
consideró que el sexo oral al que fue forzada una de las mujeres
abusadas en realidad no podía calificarse de violación.
Por entonces corría 1981 y el actual abanderado de los derechos humanos
defendía a un policía de la dictadura. Es cierto que cualquier hombre
tiene derecho a la defensa, pero el propio Presidente contrarió ese
principio cuando echó a Carlos Sánchez Herrera, su ex procurador del
Tesoro, porque se descubrió que alguna vez había sido el abogado de un
militar.
Los contactos
Los Kirchner no sólo hacían buenos negocios asociados a bancos y
financieras, sino que mantenían excelentes vínculos con el poder militar
de la provincia. Néstor era amigo del intendente de Río Gallegos, Pablo
Sancho, impuesto por los generales del Proceso.
La militancia setentista de Néstor, al menos en los papeles, se limita a
un año en la Federación Universitaria de la Revolución Nacional (FURN),
antes de que asumiera Perón en 1973 y ese grupo se uniera a la Juventud
Universitaria Peronista (JUP).
Por esos lejanos tiempos debe haber sido el único militante que compraba
dólares y se divertía calculando día a día las ganancias que le
dejaban.
Es verdad que estuvo preso en Río Gallegos a comienzos de la dictadura
del '76: estuvo demorado algunas horas y lo trataron bien. El militar
que lo interrogaba conocía a su familia y a la del otro preso express,
Rafael Flores.
Las postrimerías de la dictadura tampoco encontraron a los Kirchner
dentro del sector más "progre" del peronismo. Néstor y Cristina
recibieron al precandidato Ítalo Luder en Río Gallegos al grito de
"Isabel conducción, lo demás es traición".
Preguntas. ¿Por qué el Presidente más revisionista de la historia
argentina presume de tener un pasado que no se parece en nada al real?
¿Acaso lo hace para acomodar sus antecedentes al discurso que exhibe
hoy?
Lo cierto es que Néstor y Cristina lograron prosperar en los tiempos más
oscuros de la Argentina, cuando otros militantes se exiliaban o se
escondían.
Esta es la verdadera historia del hombre que vive obsesionado con los
años setenta y que le pregunta a todos qué hicieron durante la
dictadura.
Ahora se sabe con más detalle lo que hizo él.
Fuente: Revista Noticias.
Autor: Franco Lidner
Véase la fuente en:
http://www.taringa.net/posts/info/1784226/Los-negocios-de-Kirchner-durante-la-_Equot;dictadura_Equot;.html
Fuente: elinformadorpublico.com: http://www.informadorpublico.com/100524.html
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¿Defensor de los Derechos Humanos?
Según se sabe, Néstor Kirchner apoyó el golpe de estado de 1976 y hasta
el año 1983 fue abogado de una empresa prestamista usuraria (¿o uno de
los dueños?), ahí comenzó a hacer fortuna, adquirió sus primeras 21
propiedades con la aplicación de la repugnante 1050, es decir,
expoliación de viviendas a pobres endeudados que no podían cumplir con
sus obligaciones, con ellos no tuvo piedad, los echó a la calle y se
adueñó de sus viviendas. Eso es violar los Derechos Humanos.
¿Preso de la dictadura?
Reportaje realizado por Alfredo Leuco en Canal 26 el 26 de agosto de
1998
Alfredo Leuco - Quiero hacerle una pregunta, ¿En aquella época del 76 al
83 Ud. dónde estaba físicamente y qué postura tenía…?
Néstor Kirchner - Le cuento una historia, el primer preso en 1974 ya en
el gobierno de Isabel Perón cuando intervinieron la gobernación de Don
Jorge Cépernic. Mi historia parte de allí y es digno uno de decir dónde
estuvo porque algunos sienten vergüenza de su pasado y yo siento
orgullo, fui un militante activo de la Juventud Peronista, creía
firmemente que este país se podía cambiar y me gusta jugar siempre a
fondo, bueno… fui preso… en el 75 cuando se produce el golpe de
Capellini ya estábamos casados con Cristina, fuimos los dos presos, en
el 76 con el Golpe, nuevamente preso…
Véase el reportaje en:
https://www.youtube.com/watch?v=7sgF3FukIKQ
¿Cómo hizo?
La clave está en su asesoramiento legal a la financiera Finsud, lo cual
le permitía contar con información privilegiada sobre quiénes dejaban de
pagar sus cuotas.
Varias fuentes que frecuentaban a Kirchner por esos años, incluso una
que colaboró en su estudio, confirman el modus operandi empleado por el
abogado para adquirir la gran mayoría de esas propiedades a precios
ínfimos. Hablan de unas quince del total de 21, entre casas,
departamentos y lotes.
Cuando la financiera le avisaba a Kirchner que algún deudor había dejado
de pagar la cuota mensual del crédito que le habían otorgado, él se
reunía con el moroso en cuestión y le explicaba sus pocas opciones:
podía resignarse a que le remataran la propiedad y así perder casi todo
el valor del inmueble, o también podía venderla a un precio bastante
menor al que tenía en realidad.
El comprador era el propio Kirchner
De ese modo, el deudor en aprietos al menos se quedaba con algo de
dinero. Y el abogado sumaba metros y más metros cuadrados, eludía el
trámite del remate y luego renegociaba la deuda del inmueble con sus
patrones de Finsud. Era una práctica cuestionable, pero no penada por la
legislación provincial de ese entonces.
¿Qué hubiera sido de la actual fortuna de Kirchner sin el esquema
financiero implantado por Martínez de Hoz?
La Reina
En la división de tareas, Néstor se ocupaba de adquirir casas a precio
de remate y Cristina estaba concentrada en deudores de otros rubros.
Todas las tardes, casi sin falta, la joven abogada con aires de diva iba
al juzgado en lo Civil y Comercial Nº 1 de Río Gallegos, que abría a
partir de las 13 y estaba a cargo de Augusto Fernández Bibot.
Allí revisaba los expedientes de los morosos para ver cómo evolucionaban
los juicios ejecutivos que los Kirchner les habían iniciado en nombre
de sus clientes.
Cristina pasaba horas allí adentro y ya parecía parte del decorado.
Llegaba con una extensa lista de deudores -hasta 150 en las mejores
épocas- y abandonaba el juzgado al atardecer con los nombres de sus
próximas presas: en un buen día podían salir unas diez o quince órdenes
de embargo.
Con esa información de último momento, el cobrador Kirchner iba a
reclamar el bien embargado: una heladera, una bicicleta, a veces algún
auto. Lo acompañaba su chofer Rudy Ulloa Igor, hoy convertido en
millonario y jefe de Compromiso K.
Siempre salían airosos. Los vecinos de Río Gallegos ya los miraban con
cierto temor.
Allá por 1981, un vengador anónimo le arrojó una bomba molotov al
Estudio Kirchner. La bomba no produjo destrozos, pero puso en guardia a
los Kirchner. Les gustaba explicar que se había tratado de un atentado
político por razones insondables, pero la verdad era otra: el autor, un
militante en la izquierda del peronismo, estaba entre los perjudicados
por los juicios ejecutivos y los embargos de Néstor y Cristina.
Otra advertencia había ocurrido un año antes, en 1980, cuando los
Kirchner se toparon con un explosivo que por fortuna no llegó a
activarse en su estudio.
Además de comprar propiedades y perseguir a los deudores que creaba el
sistema financiero de Martínez de Hoz, el Estudio Kirchner protagonizó
un caso atípico. Defendió a un jefe de la Policía Federal en Río
Gallegos, de apellido Gómez Ruoco. Se lo acusaba de varias violaciones
de menores.
El que tomó el caso no fue Néstor, sino su socio Ortiz de Zárate. Y el
fiscal fue el joven Rafael Flores, el mismo que poco antes había
representado a la deudora que denunció a Kirchner por subversión
económica.
Pidió 20 años de prisión para el policía y le dieron 18, a pesar de la
curiosa defensa ejercida por el estudio del hoy Presidente, que
consideró que el sexo oral al que fue forzada una de las mujeres
abusadas en realidad no podía calificarse de violación.
Por entonces corría 1981 y el actual abanderado de los derechos humanos
defendía a un policía de la dictadura. Es cierto que cualquier hombre
tiene derecho a la defensa, pero el propio Presidente contrarió ese
principio cuando echó a Carlos Sánchez Herrera, su ex procurador del
Tesoro, porque se descubrió que alguna vez había sido el abogado de un
militar.
Los contactos
Los Kirchner no sólo hacían buenos negocios asociados a bancos y
financieras, sino que mantenían excelentes vínculos con el poder militar
de la provincia. Néstor era amigo del intendente de Río Gallegos, Pablo
Sancho, impuesto por los generales del Proceso.
La militancia setentista de Néstor, al menos en los papeles, se limita a
un año en la Federación Universitaria de la Revolución Nacional (FURN),
antes de que asumiera Perón en 1973 y ese grupo se uniera a la Juventud
Universitaria Peronista (JUP).
Por esos lejanos tiempos debe haber sido el único militante que compraba
dólares y se divertía calculando día a día las ganancias que le
dejaban.
Es verdad que estuvo preso en Río Gallegos a comienzos de la dictadura
del '76: estuvo demorado algunas horas y lo trataron bien. El militar
que lo interrogaba conocía a su familia y a la del otro preso express,
Rafael Flores.
Las postrimerías de la dictadura tampoco encontraron a los Kirchner
dentro del sector más "progre" del peronismo. Néstor y Cristina
recibieron al precandidato Ítalo Luder en Río Gallegos al grito de
"Isabel conducción, lo demás es traición".
Preguntas. ¿Por qué el Presidente más revisionista de la historia
argentina presume de tener un pasado que no se parece en nada al real?
¿Acaso lo hace para acomodar sus antecedentes al discurso que exhibe
hoy?
Lo cierto es que Néstor y Cristina lograron prosperar en los tiempos más
oscuros de la Argentina, cuando otros militantes se exiliaban o se
escondían.
Esta es la verdadera historia del hombre que vive obsesionado con los
años setenta y que le pregunta a todos qué hicieron durante la
dictadura.
Ahora se sabe con más detalle lo que hizo él.
Fuente: Revista Noticias.
Autor: Franco Lidner
Véase la fuente en:
http://www.taringa.net/posts/info/1784226/Los-negocios-de-Kirchner-durante-la-_Equot;dictadura_Equot;.html
Fuente: elinformadorpublico.com: http://www.informadorpublico.com/100524.html
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